No vine a explicarlo todo, vine a compartir lo que me salva.
Por Maria del Valle.
Esta es mi historia:
Una mujer que se ha perdido muchas veces y ha aprendido a volverse a encontrar. Una que estuvo rodeada de todo, menos de sí misma.
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Soy María del Valle. Nací en Mérida, Venezuela, y desde siempre sentí que me quería comer el mundo. A los 19 años, una oportunidad como modelo me trajo a México. Llegué con una maleta llena de sueños y poco más. No conocía a nadie, pero tenía una certeza dentro: tenía que buscar algo más.
Viví muchas versiones de mí.
Fui modelo, viajé, trabajé con marcas importantes. También me perdí en todo eso. Tenía lo que “debería hacerme feliz”: belleza, trabajo, pareja, dinero. Pero por dentro me sentía lejos, desconectada. Estaba rodeada de todo, menos de mí.
Tras un tiempo en Italia volví a México para empezar mi búsqueda. Me acerqué a los libros, a las terapias, al yoga. Empecé a habitarme de nuevo, a escucharme con honestidad. Solté el modelaje sin saber qué venía. Llegó la televisión, llegaron nuevas caídas pero también nuevas versiones de mí que desconocía.
Una ruptura muy dura, relaciones que se quebraron, amistades que se fueron
Aunque dolió mucho, todo me llevó a reconstruirme. A encontrarme con personas que sí se quedaron. A entender que no es la estabilidad lo que sana, sino la templanza y fluidez con las que se viven los procesos.
Después de diez años en la televisión, vino la pandemia. Dejé la ciudad, me fui a Tulum. No sabía a qué iba, pero sí sabía que no quería seguir en lo mismo. Tulum me regaló el amor más bonito que he tenido en mi vida, una red de apoyo genuina y la certeza de que la vida no se trata de acumular logros, sino de estar en paz y contenta.
El bienestar no es una meta. Es un camino amoroso.
Hoy, desde un pueblito en Baja California Sur, junto a mi amor bonito, nuestros perritos y gatitos, me abrazo en calma. No tengo una vida perfecta, ni la busco. Pero tengo paz, tengo amor, tengo gratitud. Y eso, para mí, es éxito.
Por eso nació Soy Humana. Porque por más “bien” que se vea la vida desde afuera, todas pasamos por momentos duros. Y he aprendido que cuando los transitamos acompañadas, todo duele menos… y se transforma más.
No comparto esto porque tenga todas las respuestas, sino porque sé lo que es sentirse perdida, rota o desconectada, y también lo que se siente al empezar a reconstruirse poco a poco, con honestidad, con amor, con compañía.
Después de todo lo vivido, entendí que no se trata de llegar a ningún lugar perfecto, sino de caminar en paz con lo que somos, de sabernos humanas, de acompañarnos sin juicios. Para que ninguna se sienta sola en medio del caos, para que sepamos que compartir lo que nos duele también puede ser una forma de sanar.
Soy humana; es eso que parí después de romperme, no es un blog, es mi cuerpo y corazón hablando. Es mi historia compartida, es un espejo en donde tal vez tú te puedas reflejar.
Si tú también estás en medio de una búsqueda, de una ruptura, de un renacer, quiero que sepas algo: no estás sola.

Gracias por leerme. Gracias por estar. Gracias por ser.

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